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Review de Demolición (Jean-Marc Vallée, 2015)




“Por alguna razón todo se volvió una metáfora”. Soy el árbol tumbado… ¡No, espera ! Soy la tormenta que tumbó al árbol…” (Davis Mitchell).


Ya es admirable la manera en que el director canadiense, Jean-Marc Vallée le encuentra la vuelta para no aburrirnos a la hora de narrar historias, que resultan verosímiles y donde sus protagonistas buscan la superación personal o pretenden reencontrarse a sí mismos.


En su haber cuenta con varios antecedentes que lo demuestran, comenzando en 2005 con “C.R.A.Z.Y.”, donde la represión adolescente y el hecho de forjarse una identidad son el común denominador del relato. Después para 2013 nos cautivó a más de uno con “Dallas Buyer Club”, a partir de su respetuosa narrativa de un cowboy que le da un giro irreversible a su vida, luego de descubrir que había contraído el virus del SIDA.


Este recorrido nos preparó para que en 2015 el realizador sorprenda con una nueva historia de redescubrimiento personal, esta vez de la mano de Jake Gyllenhaall, quien se puso en la piel de un exitoso hombre de negocios que de la noche a la mañana sus sentidos lo obligarán a atravesar por una dura crisis existencial, tras el fallecimiento abrupto de su esposa.



Ese sorpresivo momento se nos ofrece en los primeros 10 minutos de metraje, y a partir de allí, Davis Mitchell (Gyllenhaal), luchará por entender su desconexión emocional, tras la repentina y trágica muerte de Julia (Heather Lind).


Para lograrlo, Davis empieza a separar su vida en un esfuerzo de ver cómo ha terminado rendido a esta falta de sentimientos, por lo que decide escarbar hasta el hueso en el asunto (de manera literal), al punto de llegar a los cimientos de sus relaciones sociales, diseccionado todo objeto que le recuerde a su vida junto a su difunta esposa. Esta destrucción comenzará desde lo más material (los muebles de la casa, los del trabajo…) hasta lo más intangible (relaciones sociales, tanto familiares como laborales).


En su afán se cruza en el camino con una mujer con la que conecta enseguida, llamada Karen Moreno (Naomi Watts), encargada en ayudarle a retomar el sendero y ordenar su caos espiritual.



Y ya que hablamos de ordenar, es curiosa la manera en que Vallée estructura la memoria de David y la forma en la que éste va aceptando la muerte de su esposa: esto resulta siendo un poderoso recurso (que suprime a los esperables flashbacks) dónde los recuerdos de Davis son más sensaciones que otra cosa, pero en los que se hace hincapié en su falta de emoción. El resultado es que el espectador esté pendiente en todo momento si el desenlace de las acciones de Davis lo lleven hacia la cornisa o le devuelvan la paz que tanto anhela.


En cuanto al trabajo de Jake Gyllenhaal, cabe mencionar que es de una exquisitez estupenda, aunque acostumbrados a ver ya un abanico de personajes de esta complejidad, no nos sorprende que el resultado final sea acorde a las demandas del guión, mostrando oscuridad, drama, locura y calidez en los distintos tramos de la historia. Estos matices se intensifican gracias al entumecimiento e insensibilidad inicial, acompañado por el posterior abandono físico, sometido por su necesidad de sentir algo.



En síntesis, "Demolición" es un film enfocado en mostrarnos el proceso de duelo de una persona, donde está claro que el realizador no lo expondrá de manera convencional, ya que el protagonista necesita derribar los muros que le impiden sentir y por eso le urge demolerlos, para eliminar todo aquello que se interpone entre él y el dolor.



Y para quien llegó hasta acá, les tengo una advertencia: si bien es una historia de superación, su tono no pretende dejar totalmente contento a nadie, ya que Jean-Marc Vallée no subestima en ningún momento a la audiencia y más bien, se enfoca en contar una porción de realidad, en la que se dejarán abiertas una serie de puertas que el espectador deberá elegir como cerrar.


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