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Review de "El Diablo a todas horas" (Alejandro Campos, 2020)

The Devil all the Time es una realización de Antonio Campos, basada en la novela homónima de Donald Ray Pollock, la cual en el momento en que les estoy escribiendo ha trepado el ranking de Netflix para posicionarse como lo más visto en Argentina.



Los factores que llevan a la cinta a lograr la adherencia general del público se debe entre otras cosas a la forma en que Campos aborda la historia y a la potencia que este supo reunir a partir de su elenco.


En primer lugar, es una grata sorpresa ir descubriendo a medida que avanza el film, al poderoso cast que nos acompañará durante las más de 2 horas que dura esta producción. Si bien la mayoría de ellos no se cruzan entre sí (salvo el personaje de Tom Holland que funciona como nexo entre todos ellos), es sumamente gratificante poder disfrutar de Robert Pattinson, Bill Skargard, Sebastian Stan y Jason Clarke, viéndolos brillar a pesar de las atrocidades que sus propios demonios les obligan a hacer delante de cámara.



Esta es la primera producción que aleja a Campos del mundo under o cine independiente, y fue bajo las órdenes del gigante del Streaming que se embarcó en esta producción que denota ambiciones tan grandes como las recogidas en la obra literaria. Pero si de trabajos bien realizados se trata, esta no fue la primera vez que Campos acierta de manera unánime, ya que fue él quien estuvo tras la ambientación de la galardonada "The Sinner", y nos trajo esos escenarios hipnóticos como macabros en igual manera, y que vuelven a dar el presente en este caso para moverse por el metraje como un personaje más, obteniendo su propia entidad.



Pero, ¿hacia dónde va el film ? "El diablo en todas partes" recurre a un formato utilizado hasta el hartazgo, en dónde un puñado de subhistorias sin aparente relación confluirán en algún momento para dar significado a un todo.



Sin embargo en este caso se palpa un halo de frescura a partir de la incorporación de recursos propios de la literatura, que intensifican lo perturbador y acrecientan la intimidad con el espectador, gracias a la voz en off de un narrador (encarnado por el mismo Campos) quien brindará exquisitos detalles sobre el destino de nuestros personajes. Esto último no solo abrirá un contrato implícito entre realizador y audiencia, sino que serán estas intervenciones de esta presencia cuasi omnipotente las que harán que el espectador quiera saber más sobre el desenlace de esta historia mínima, pero intensa.



La historia inicia posicionándonos en Estados Unidos, a mediados del siglo XX dónde un ex combatiente de guerra regresa a su pueblo del sur de Norteamérica, y con él también vendrán aquellos demonios que sus ojos documentaron en combate. A partir de allí el film irá hilvanando una serie de relatos sumamente personales, para llevar al espectador décadas tras décadas con la intención de develar las atrocidades sucedidas por diferentes hombres que tomaron el nombre de Dios para realizar sus cometidos.



A medida que avanza la cinta se pone en evidencia que Campos ha retratado un universo en dónde se prima el temor de Dios pero en dónde sus protagonistas a partir de seguir su propia lógica, terminan por "matarlo" y dejar al espectador con la sensación de que en un mundo dotado de tal sadismo y crueldad no hay cabida para que coexista un Dios misericordioso.



Aquí radica la ironía que Campos logra impregnar en el film, acompañada con un signo de pregunta y una puerta abierta hacia la reflexión, incluso del menos pecador...


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