👁️Review de "El Fotógrafo de Mauthausen" (Mar Targarona, 2019)
- Flavio Daniel Barilá
- 22 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 mar 2020
Es un film dirigido y producido por Mar Targarona que vio la luz en octubre de 2018, pero hace menos de un mes Netflix lo hizo masivo a nivel mundial y así es como llegó a mi. Para el que no está adentrado en el asunto, esta historia, basada en hechos reales, ocurre dentro de un campo de concentración ubicado en Mauthausen, una pequeña localidad de Austria que alojó a cientos de ciudadanos españoles que luego de la guerra civil española, fueron expulsados de su propio país, perdiendo su nacionalidad y luego de la captura alemana, hasta su identidad.
La historia gira en torno a Francesc Boix, un comunista español que luchó para el ejército republicano en la Guerra Civil, y durante la Segunda Guerra Mundial estuvo capturado en los campos de concentración, tomando una gran cantidad de fotografías a pedido de un General nazi, aficionado con los retratos, y quien adoptó a Boix como una suerte de ayudante personal para desarrollar dicha actividad.
El paso del tiempo dentro de esta prisión hizo que Francesc gane la confianza de sus captores y se vea beneficiado por algunos privilegios por sobre el resto de los huéspedes de Mauthausen. De esta forma y con la ayuda de un grupo de prisioneros, conformaron una organización clandestina en busca de filtrar los negativos fotográficos que Boix manipulaba cada día, para que el exterior conozca las atrocidades que los miembros del Tercer Reich realizaban dentro. A partir de allí, tanto Boix como sus compañeros iniciaron un sistemático plan para filtrar esos negativos, arriesgando en muchas ocasiones su vida con la única intención de que la verdad saliera a la luz.
Me es imposible dejar de destacar el rol de Mario Casas, que venía de hacer otro tipo de papeles, como en “Tres metros sobre el cielo” (2010) o su secuela “Tengo ganas de ti” (2012) donde desarrolló personajes más bien rudos, y en base a esa idea es la imagen que yo me había hecho de su potencial, hasta hoy. Sin embargo al encarnar a Francesc Boix, demostró que su caudal actoral está en pleno crecimiento y (re)descubrimiento. A partir de una serie de cambios psíquicos y también físicos (donde tuvo que bajar 12 kilos para el papel), Casas brinda un sin fin de sensaciones, que acompañadas con el contexto recreado y con el resto del elenco, la audiencia logra empatizar de una manera muy convincente con la historia.
El rodaje fue realizado en Terrasa y Budapest, recreando los campos de concentración a partir de la reutilización de los decorados que se emplearon en la producción de “El niño con el pijama de rayas”, film de 2008, centrado también en el exterminio judío a cargo de los alemanes, durante la Segunda Guerra Mundial. El film es muy cuidadoso en todo momento de la iluminación y la música, ya que funcionan como recursos para que al espectador se adentre y sea testigo del horror expuesto.
En lo personal, el factor determinante para darle mi voto de confianza a este film, se arraiga al desenlace de esta historia. La manera en que Mar Targarona relata la odisea final de este grupo de prisioneros, concentra un valor inimaginable en la película y en la historia, ya que los miles de negativos que lograron ser recuperados fueron evidencia suficiente para condenar a los altos cargos nazis en los juicios de Nuremberg de 1946, donde Boix fue el único prisionero que asistió a dar testimonio. Este indicio que me guardé para el final debería ser motor suficiente para que se den la oportunidad de reveer la radiografía de un hecho histórico recreado de una manera que llega hasta el hueso.

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