A falta de cines abiertos, pero no de públicos hambrientos, en busca de nuevos lanzamientos, el 28 de mayo emulando al clásico ritual previo a cuarentena y sucedido en cada sala, se estrenó este Thriller policial de Alejandro Montiel, protagonizado por Luisana Lopilato y Joaquín Furriel, el cual se jacta de ser la primera producción de Netflix realizada íntegramente en Argentina.
Pero, ¿Hacia dónde va la historia? Empezando por decir qué se trata de una adaptación basada en la novela de Florencia Etcheves y que responde a una precuela del mismo autor: "Perdida" (2018). Para quienes vieron esta última, en esta ocasión nos narran los acontecimientos previos a que Manuela “Pipa” Peleari (Lopilato) se vuelva dueña de una intuición inigualable, irresistible para cualquier escena del crimen.
En este caso, “Pipa” acaba de salir de la academia de policía y por azares del destino es convocada para asistir al escuadrón de homicidios, encabezado por el comisario Francisco Juarez (Furriel),quien se debate entre fantasmas de su pasado y resolver un asesinato sumamente mediatizado, en donde las fuerzas de seguridad no dudaran en ponerlo contra las cuerdas.
A partir de un contexto lleno de dudas e interrogantes sobre la nueva integrante del equipo, Manuela tendrá que ganarse un lugar y no dudará de poner sus habilidades al servicio de encontrar la verdad, aunque esta incrimine incluso a alguien muy allegado.
Me resulta imposible no describir a este film sin compararlo con su secuela de 2018, en función de marcar la evolución que esta última tuvo. Podemos decir que Alejandro Montiel, encontró la impronta literaria volcada por Florencia Etcheves en su libro, para narrar una historia con influencias del cine negro, pero que deja entrever sus bases, provenientes de la novela original.
Es clara la intervención de Netflix, presente en su concreción (para bien y para mal), ya que el film goza con una fotografía exquisita, la cual se acrecienta gracias a la ambientación sonora sumamente lograda y ejecutada en los momentos idóneos. Pero a su vez, es esta intervención la que descontextualiza levemente la historia, trasladando al espectador a un relato más cercano a “CSI” o “The X Files”, a partir del despliegue de recursos que los personajes tienen a disposición o los escenarios urbanos que remiten más a las calles de Los Ángeles que a las del conurbano bonaerense. Esta combinación termina por acartonar un poco las actuaciones de sus protagonistas, quienes en ocasiones se ven envueltos en situaciones que le quitan verosimilitud y naturalidad a sus acciones. A veces menos es mas.
Aunque con estos erráticos momentos, “La Corazonada” desde su estructura cumple lo que promete desde el primer momento, entregando una historia que se va desenredando a medida que se vuelve aún más compleja y electrizante, obligando al espectador a esperar hasta el último recoveco del metraje, para descubrir junto a Manuela, cual es el precio que hay que pagar para llegar a la verdad.
“A veces hay que alejarse un poco para ver las cosas con mayor claridad…”